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LAS LEÓNIDAS: MEMORIAS DE LA TORMENTA DE METEÓRICA DE 1999

Conocemos como Leónidas a una lluvia de meteoros producida cuando la Tierra atraviesa pequeñas partículas desprendidas del cometa 55P/Tempel-Tuttle. Además de la actividad anual, esta lluvia meteórica suele presentar actividad intensa cuando nuestro planeta atraviesa ciertas cortinas jóvenes de meteoroides dejadas por la sublimación de su cometa progenitor en cada paso por el perihelio. Primero esos meteoroides viajan bastante juntos en sus órbitas pero, debido a las diferencias de velocidad y masa en que son emitidas desde el cometa, al cabo de varias revoluciones al Sol acaban formando el enjambre meteórico anual. Por lo general esas partículas pueden sobrevivir decenas de miles de años.

Dado que el periodo orbital es de 33 años, eso puede producir actividad meteórica intensa con esa periodicidad. Sin embargo, en la práctica las circunstancias geométricas no son favorables y el encuentro de la Tierra con esos husos densos de partículas no siempre ocurre. Como un ejemplo de actividad meteórica intensa relatamos una experiencia única que marcó el nacimiento de la Red SPMN. El 18 de noviembre de 1999 siete estaciones de la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos registraron más de 200 Leónidas desde siete estaciones situadas en Valencia y Castellón. Los resultados de esta investigación se han enviado a una prestigiosa revista europea para su publicación pues corroboran que esta tormenta fue producida por material despredido del cometa P/Tempel-Tuttle en su paso por el perihelio de 1899. En 1999 asistimos a un acontecimiento único que sólo se ha repetido en el 2001. La Tierra atravesó durante algo menos de una hora una región densa de partículas desprendidas del cometa P/Tempel-Tuttle. Bajo un cielo magnífico observamos una actividad media de 3.000 meteoros/hora, lo que significa que el cielo se llenó de meteoros, viéndose varios por segundo. Hacia 33 años que no se observaba una lluvia de meteoros tan espectacular y, sin duda, los medios tecnológicos con que se observó hicieron que pasase a ser una de las mejores estudiadas en la historia.


Esplendida exposición de seis minutos obtenida por Juan Carlos Casado durante la fase más intensa de la tormenta. Mirando hacia la constelación de Leo, en la dirección en la que vienen las partículas hacia nosotros, veremos salir todas ellas de un zona concreta denominada radiante. Tal y como se aprecia en la imagen, el radiante de las Leónidas se sitúa en la cabeza de Leo.


Entre Valencia y Castellón conseguimos que siete estaciones fotográficas tomasen fotos detalladas del máximo, mientras que otras dos trabajaron entre Huelva y Sevilla. Tres estaciones fueron organizadas en la isla de Mallorca por el equipo UMA del Observatori Astronòmic de Mallorca (OAM). También tuvimos con nosotros varios equipos de la Dutch Meteor Society y del Observatorio de Ondrejov que establecieron estaciones fotográficas en otras provincias. Las órbitas de una veintena de meteoroides de este enjambre fueron publicadas en este artículo de nuestro grupo.

Como un ejemplo del trabajo realizado desde la estación de Titaigùes (València) por Ángela del Castillo y Emilio Badimón, permitió registrar imágenes como ésta. Una secuencia de diez minutos de exposición donde se aprecian unas diez Leónidas rivalizando con los trazos estelares. Parecen surgir del radiante de la lluvia (denotado por una R), situado en la cabeza de la constelación de Leo. En el negativo original se aprecian al menos 12 Leónidas, algunas muy débiles pero que igualmente fueron analizadas en detalle para casarlas con los trazos fotografiados desde estaciones colindantes. Tras una tormenta, el análisis astrométrico de cada negativo a veces se convierte en un auténtico rompecabezas. Por ello es tan importante sincronizar todos los sistemas de detección y apuntar las horas de exposición al segundo.


Si dispone de imágenes de la tormenta de Leónidas de 1999 o de otras apariciones posteriores le invitamos a contactarnos. Mantenemos una base de datos de bólidos por lo que puede hacérnoslas llegar con la mayor resolución posible, los datos horarios de la exposición y las coordenadas geográficas de su lugar de observación al Correo-e de la Red SPMN, para que pueda ser analizada e incluida en nuestro listado de bólidos junto a las demás.

La mayoría de las partículas durante la tormenta apenas tenían una masa de una milésima de gramo. Unas pocas poseyeron una masa de decenas de gramos, capaces de producir bólidos como el fotografiado por Paco Alcéntara desde Valencia. La presión hidrodinámica que encontró la partícula a 90 kms de altura hizo que se desintegrase en una espectacular explosión final. Este es un rasgo característico de los agregados de este cometa que, al entrar a 72 km/s, suelen fragmentarse a mayor altura.


Preparar una campaña y obtener resultados científicos con los aficionados a la astronomía nos llega de orgullo. Esperamos que estas experiencias que aquí os explicamos os animen a observar con curiosidad el firmamento, apuntar todo lo que observáis y, finalmente, contactar y colaborar.