NOTA DE PRENSA:

UN GRAN IMPACTO CAUSANTE DE "LA GRAN EXTINCIÓN" OCURRIDA AL FINAL DEL PALEOZOICO.

LOS FULLERENOS: CLAVE DE EXTINCIONES MASIVAS.

Luann Becker, una profesora asociada de Ciencias de la Tierra y el Espacio de la Universidad de Washington, junto a Robert Poreda y Andrew Hunt (Universidad de Rochester), Ted Bunch (NASA/Ames) y Michael Rampino (New York University) presentaron el descubrimiento de fullerenos extraterrestres en el límite estratigráfico entre el Pérmico y el Triásico, separando las Eras Paleozoica y Mesozoica. Ese período se conoce como la Gran Extinción dado que cerca de un 90% de las especies marinas y un 70% de los vertebrados terrestres se extinguieron. Los resultados de sus investigaciones realizadas en los últimos dos años fueron publicados en la revista Science del 23 de febrero de 2001, apoyando que esa gran extinción ocurrida hace 250 millones de años fuese causada por un gran impacto cometario o asteroidal, posiblemente similar o incluso superior al que provocó la extinción de los dinosaurios hace 65 M.A.


Poco a poco se confirma que los impactos de asteroides y cometas con la Tierra han sido clave en la evolución de la vida sobre la Tierra. En la última década se han obtenido pruebas inequívocas de que hace 250 y 65 M.A. hubo dos grandes impactos, correlacionándolos con las grandes extinciones de seres vivos conocidas del estudio del registro paleontológico.

Se han estudiado complejas moléculas de carbono en forma de balón de fútbol denominadas fullerenos, extraídos del sedimento del estrato límite Pérmico-Triásico. No se conoce exactamente el lugar donde se produjo el impacto dado que la Tierra ha cambiado mucho desde entonces. De hecho toda la Tierra firme formaba entonces un supercontinente denominado Pangea.


La corteza terrestre es enormemente cambiante. De hecho, la Tierra hace 250 M.A. hubiera resultado difícil de reconocer, con un supercontinente denominado Pangea rodeado por un inmenso océano. La regeneración constante de la corteza desde entonces hace previsible que sea muy difícil encontrar huellas del impacto que indujo la extinción de finales de Paleozoico.

A pesar de no tener hasta la fecha datos de ningún cráter preservado tanto tiempo en la cambiante corteza terrestre, el objeto impactante dejó su tarjeta de visita: unas complejas moléculas de carbono en forma de pelota (formadas por al menos 60 átomos de este elemento) que mantienen atrapados gases nobles inactivos químicamente tales como helio o argon. Las investigaciones permiten corroborar el origen extraterrestre de los fullerenos puesto que esos gases nobles atrapados en ellos tienen un cociente isotópico inusual. Por ejemplo, el helio terrestre consiste mayoritariamente de He-4 y una pequeña cantidad de He-3. Sin embargo, el helio extraterrestre detectado es mayoritariamente He-3.


Representación de una molécula de fullereno con el gas noble atrapado en su interior. La formación de estas moléculas de carbono transcurre en las últimas etapas de estrellas masivas. A enormes presiones los gases nobles quedan atrapados en el interior de los fullerenos. Millones de años después de su formación se convierten en unos magníficos marcadores del origen extraterrestre de los cataclismos que provocaron grandes extinciones de seres vivos en la Tierra. Imagen cortesía L.Becker.

Se piensa que la colisión no fue directamente responsable de la extinción masiva de especies en todo el planeta pero si fue la desencadenante de una serie de eventos de vulcanismo masivo junto con cambios en el oxígeno oceánico, en el nivel de los mares y en el clima global. En función de la distribución de fullerenos analizada en China, Hungría y Japón se estima que el cuerpo impactante tuvo un diámetro entre 6 y 12 kilómetros. En esos lugares se han descubierto altas concentraciones de fullerenos justo en la capa límite entre Pérmico y Triásico. Justo en ese limite desaparecen en pocos miles de años formas de vida tan extendidas como los trilobites que pasaron a estar representadas por 15.000 especies diferentes a desaparecer por completo de la faz de la Tierra. Del estudio estratigráfico hay fuertes evidencias de que esa extinción se produjo en un intervalo de tiempo corto, geológicamente hablando, tal vez entre unos 8.000 y 100.000 años.


Un gran impacto, cambió tanto las condiciones de vida que originó la desaparición del 90% de las especies marinas, entre ellas todas las especies de Trilobites. El registro fósil demuestra que al menos 15.000 especies diferentes de estos seres reinaron en la Tierra durante el Paleozoico.

Los fullerenos se forman en los últimos estadios de estrellas tipo solar, cuando generan grandes cantidades de carbono a partir de Helio. Las temperaturas y presiones extremas existentes en esas estrellas son quizás la única manera de que gases nobles extraterrestres sean forzados a introducirse en las cerradas estructuras moleculares del fullereno. Desde luego resulta excitante reconstruir la evolución de estas moléculas de carbono, desde que se formaron en alguna de las estrellas de nuestro entorno galáctico, fueron emitidas al espacio interestelar y, tras millones de años en él, quedasen retenidas en el cuerpo impactante quizás durante su formación. Posteriormente los fullerenos serían transportados por el cometa o asteroide hasta que la órbita de éste encontrase la Tierra. Tras el impacto, las nubes de polvo y ceniza que contenían los fullerenos se fueron depositando a lo largo de décadas sobre los estratos del límite Pérmico-Triásico. Allí servirían 250 millones de años después para que el homo sapiens compruebe, con cierto nerviosismo, que la vida sobre la Tierra no es tan ajena a su entorno cósmico como imaginaba.

Para facilitar el trabajo periodístico, varios medios han facilitado interesantes reportajes en inglés:

  • Space.Com Press Release by R. Roy Britt(2/3/2001).

  • University of Washington Press Release (22/2/2001).


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    Nota de prensa preparada por: Josep M. Trigo (SPMN)